COMUNICACIÓN ATROFIADA: LA REALIDAD DE LA INTERACCIÓN DIGITAL

Hace varios días, pensaba en el tipo de comunicación que estamos estableciendo en la actualidad. Antes de la pandemia ya utilizábamos nuestros smartphones para entablar diálogo con nuestros amigos, conocidos, familiares o pareja.

Justo en el momento crítico de la contingencia quedó evidenciada la importancia del mundo tecnológico en esta era. 

Con la llegada de la tecnología lo primero que se dijo es que la interacción de persona a persona estaba por desaparecer, que pasábamos más tiempo en nuestros celulares y que no estábamos aprovechando el tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Lo cual hasta la fecha así se ha venido manteniendo, sin embargo, en momentos como éstos, nos dimos cuenta de que no podemos permanecer desconectados por mucho tiempo y menos ahora que todo se maneja de manera virtual. 

Pero el paso del tiempo hace evolucionar nuestras formas de comunicación también. Algo que aún no me permito pasar a la historia es escribir cartas a mano, la sensación es totalmente diferente a un mensaje digital, tiene esencia, presencia y mucho sentimiento, para mi, es una manera de comunicación pura que debería perdurar por muchos siglos. 

Hoy nos hemos vuelto tan automatizados que la emoción de esperar el mensaje del otro ha desaparecido, sobre todo en las aplicaciones de mensajería instantánea. ¿O estamos hartos, o nos aburre interactuar con ciertas personas?

La inspiración para escribir este artículo llegó luego de darme cuenta de que lamentablemente yo me había convertido en un ser automatizado como los demás con los que suelo (o solía) interactuar. 

Estas formas de comunicación por medio de Internet por supuesto que son una bendición, quedó más que demostrado este año. Aunque también trajo consigo una ola de toxicidad que nació en todos nosotros (o quizás no en todos) con las nuevas herramientas que integraron estas aplicaciones como el famoso visto. 

Siempre he pensado que el que te dejen en visto es una grosería si la conversación aún no ha terminado, no importa de quién sea, esto se suele tomar a pecho solamente de la pareja, pero asimismo, los otros individuos con los que nos relacionamos están involucrados en este acto que para mi refleja poca educación. 

Pienso que sería más fácil decir con toda confianza: "ya no puedo seguir con la conversación", "ya no quiero hablar", "necesito realizar otras actividades", tampoco creo necesario inventar excusas. Obviamente esto es una utopía, siempre existirá alguien que se ofenda de quien hable con sinceridad. 

O hablemos de la nueva moda, leer los mensajes desde la ventana de notificaciones y contestar cuando queramos, (o podamos, si es que estamos ocupados). Con esto no quiero decir que las personas nos tengan que responder al segundo, pues también cada quien tiene sus propias ocupaciones. A lo que voy, es que en esta tendencia te contestan hasta los tres, cinco o hasta siete días como si nada. Si es un asunto importante o una simple charla con amigos, resulta igual de molesto desde mi percepción.

Yo me volví así, llegué a tolerarlo pensando que realmente no era importante y que no pasaba nada, hasta que reaccioné y empecé a sentir desagrado de éstas actitudes. Comencé a extrañar las antiguas interacciones digitales con mis amigos en el que manteníamos el hilo de la conversación desde el saludo hasta la despedida. Hoy hemos normalizado este tipo de comunicación basura al pensar que es exagerado molestarse o decir algo por un mensaje respondido varios días después. Tú decides cómo quieres que te traten las personas y si estás dispuesto (a) a permitirlo. 

Creo firmemente en que, los encuentros presenciales nunca serán sustituidos por una videollamada o un mensaje, sin embargo, con la situación de la pandemia, considero que deberíamos reflexionar e intentar cambiar esta manera de comunicación con los demás, al final de cuentas, es cierto que nadie está obligado a responderle a la persona que no le apetece hacerlo, no obstante, estuvimos compartiendo momentos importantes con nuestros amigos que ahora están lejos en algún instante de nuestra vida como para dejar de contestarles o dejarlos en último lugar. 

¡Muchas gracias por leer! :)